sábado, 24 de enero de 2015

SOBRE RUEDAS (HISTORIA CON MIS PLAYMOBIL)

En esta noche de viernes paso por mi pequeño espacio para dejar una historia que he construido en estos días. Aunque personalmente no soy aficionado a las carreras de motos, ni de coche, ni nada de eso, las colecciones de motos de playmobil me han gustado bastante. Así que aprovechando que los reyes me han traído muchas motos y tenía que desmontar el diorama navideño, he realizado una pequeña historia que comparto a continuación.



SOBRE RUEDAS

Javi recordaba aquel día de reyes, cuando con tan sólo cinco años, le habían regalado su primera moto. Era roja y preciosa. No se lo podía creer. La había pedido con tantísima ilusión que tardó unos segundos en reaccionar ante que lo había sido, sin lugar a dudas, el mejor regalo de su vida. Se pasaba los día enteros en la calle junto a su casa, dando vueltas de un lado para otro, jugando a las carreras junto a su primo.




Pensó en su madre. Se acordó de aquella pregunta que le había hecho años atrás. Porqué le gustaba tanto las motos. Él no sabía que contestar, y simplemente le dijo que le gustaba volar sobre ruedas. Su familia sabía que su mayor sueño era ser corredor de carreras profesional, aunque como él bien sabía no había tenido mucha suerte en esto.
Pasaron muchos años desde aquella navidad, pero no había renunciado a su pasión. Aunque no se dedicaba a eso profesionalmente, se presentaba a todas las carreras que se organizaban en los pueblos, pero nunca entraba dentro de los clasificados. Nunca hasta entonces. Porque en esa ocasión se hallaba sobre su moto, roja, como aquella que le trajeron los reyes cuando sólo era un niño. Era el primer campeonato de motociclísmo que se celebraba en su ciudad, llevaba muchos meses preparándose a conciencia, y hoy estaba justo delante de la salida, a punto de correr la final del campeonato.


Todos los competidores eran grandes rivales. Además no había un criterio unificado sobre quién podía participar. Simplemente por tener una motos y ganas de pasar un rato dando vueltas por el centro de la ciudad eras bienvenido en la competición.


Casi sin darse cuenta, la bandera de cuadros se había alzado, lo cual significaba que la carrera comenzaba. Entre los gritos de animo de las personas que se amontonaban en las aceras, Javi escucho una voz en su interior que le repetía una y otra vez: “Puedes conseguirlo”.



La carrera trascurría con normalidad. Javi se estaba manteniendo en todo momento junto al grupo de motoristas más adelantados, aunque no todos corrieron la misma suerte. En una de las curvas más peligrosas de la ciudad, uno de los motoristas que iba en última posición quiso adelantar, con tan mala suerte de perder el control de la moto y caer. Y allí estuvo unos minutos, el tiempo que tardó en actuar el protocolo de emergencia. No pudo terminar la competición.



Se acercaba al último tramo, y Javi pudo ver que la meta estaba muy cerca, debía resistir. Podría decirse que iba el primero, pero tenía otra moto muy pegada a él que avanzaba muy deprisa. Estaba muy nervioso pero intento calmarse y seguir como hasta ahora. De repente cruzó la meta, sin saber muy bien quién había ganado.


Pero para su sorpresa, por muy poca diferencia, él era el que sostenía la copa del vencedor. No se lo podía creer. Estaba en ese escenario, en los más alto, con su premio en la mano, viendo a su familia reír y gritar de alegría: había ganado. Y quizás no era más que una carrera organizada por su pequeña ciudad, quizás no volvería a coger otra igual, quizás nunca se dedicase profesionalmente a eso, pero disfrutaba haciendo lo que le gustaba. Cerró los ojos y cuando los volvió a abrir sólo pensó en disfrutar de ese mágico momento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Encantado de recibir tus comentarios, gracias!!!!!!